“La conciencia no es más que la obra del prejuicio recibido por la educación, hasta tal punto que todo lo que se le prohíbe al niño le causa remordimientos en cuanto lo viola, y conserva esos remordimientos hasta que el prejuicio vencido le haya demostrado que no existía ningún mal real en la cosa prohibida.” Marqués de Sade
Orgullo y prejuicio de la reconocida escritora Jane Austen, cumplió 210 años desde su publicación. La novela toma lugar en Londres y narra la forma en que las familias vivían en los fascinantes campos, además de cómo se relacionaban entre ellos de acuerdo con la sociedad de la época en los siglos XVII al XIX. A lo largo de la novela los personajes se encuentran frente a conflictos internos debido a la diferencia de clases sociales; sin embargo, luchan por encontrar la felicidad ayudándose a superar su orgullo y prejuicio, rompiendo así, la barrera principal que se opone entre ellos. Por un lado, tenemos a la familia Bennet que está compuesta por el Señor Bennet, una persona de buen sentido del humor, veces algo sarcástico, pero también abierto a comprender más a sus hijas. La señora Bennet por su parte, muestra ser una persona a veces irritante que siempre está detrás de todos y no siempre suele ser amable. Por otro lado, tenemos a las cinco hijas de los Bennet de entre quince y veintitrés años (Jane, Elizabeth, Mary, Catherine y Lydia), de las cuales Elizabeth es la protagonista. La novela inicia con la llegada a escena de unos flamantes jóvenes de buena familia Charles Bingley, un hombre distinguido que llega al pueblo y ocupa una finca llamada Netherfield junto a sus dos hermanas, su cuñado y su amigo Darcy, este último es un personaje engreído y vanidoso. A pesar de haberse mostrado no compatibles desde el inicio de la novela, nos encontramos sorprendentemente con la atracción que llegan a sentir Elizabeth Bennet y Darcy, siendo ésta definida como una joven que muestra pensamientos inconformes sobre su papel en la sociedad y tiene una perspectiva diferente sobre el matrimonio debido a su sentido de independencia.
Ya introducidos los personajes principales, se presenta la crítica social donde Austen se burla de la obsesión de la sociedad por el matrimonio y la búsqueda de riqueza y estatus social a expensas del amor verdadero. A través de figuras como el Sr. Collins y Lady Catherine de Bourgh, se satirizan las restrictivas normas sociales de las clases altas. Asimismo, el estilo narrativo de Austen, lleno de ironía y sátira, favorece la experiencia de lectura al proporcionar un contrapunto a las tensiones sociales y emocionales de la trama. Sus diálogos y descripciones detalladas capturan claramente la vida cotidiana y los dilemas morales de sus personajes, denotando con diversos matices y profundidad a través de sus personajes. Austen ofrece exploraciones imperecederas de los temas sobre amor y sus conflictos internos en un mundo dominado por el orgullo y los prejuicios sociales.
Es así como, en diversos pasajes como el presentado a continuación, podemos observar uno de los tópicos más resaltantes de la novela, donde el matrimonio toma un papel fundamental para resolver los temas económicos. El tema del matrimonio está en el centro de la obra y refleja las preocupaciones y restricciones de la sociedad de la época.
-¡Oh!, mi querido señor Bennet…. La primera a quien sacó fue a la señorita Lucas. Me contrarió bastante verlo bailar con ella, pero a él no le gustó nada. ¿A quién puede gustarle?, ¿no crees? Sin embargo, pareció quedarse prendado de Jane cuando la vio bailar. Así es que preguntó quién era, se la presentaron y le pidió el siguiente baile. Entonces bailó el tercero con la señorita King, el cuarto con Mary Lucas, el quinto otra vez con Jane, el sexto con Lizzy y el Boulanger. -¡Si hubiese tenido alguna compasión de mí -gritó el marido impaciente- no habría gastado tanto! ¡Por el amor de Dios, no me hables más de sus parejas! ¡Ojalá se hubiese torcido un tobillo en el primer baile! .” (Austen, 1813 p. 9)
Abordando este fragmento, encontramos a la señora Bennet, quién está abrumadoramente entusiasmada por la velada que había acontecido la noche anterior, donde ella había llevado a sus hijas a participar de un baile con el propósito de conocer al señor Bingley; un hombre adinerado. La señora Bennet narra con satisfacción lo acontecido a su esposo; el señor Bennet, y lo admirada que había sido su hija Jane ante todos los presentes durante aquel baile pues esto se traduciría en más esperanzas de que su hija sea elegida como esposa por el señor Bingley. Mientras que ningunea a la señorita Lucas, quién también había sido partícipe de la reunión. Se observa una época donde los matrimonios se realizaban por algún tipo de conveniencia, cuya única preocupación de la madre es casar a las hijas con un personaje adinerado sin importar mucho lo que ellas deseen para sus propias vidas, Austen examina las motivaciones detrás de los matrimonios exitosos e infelices y, a través de estos personajes y ofrece perspicaces ideas sobre las complejidades del amor y la unión matrimonial en un contexto en el que el matrimonio era a la vez una cuestión de conveniencia social y no de afecto genuino. Además, se muestra un escenario donde las hijas son sometidas a lo que dicen los padres y a lo que espera la sociedad de ellas pues es su rol como mujeres en ese entonces. También vemos al Señor Bennet que está de acuerdo ya que es algo normal en la sociedad burguesa, pero a la vez muestra dolor al imaginar que alguna de sus hijas tenga pareja ya que esto implica que deberán abandonar el hogar en algún momento. En esta situación, ¿cómo lograrían las jovencitas de ese entonces tener logros profesionales significativas en sus vidas bajo esta anulación de sus derechos en cuanto a decidir por ellas mismas? Baste recordar aquí la conocida frase atribuida a la co-ganadora del premio nobel de filosofía y medicina Rosalyn S. Yalow : ´´No podemos esperar que en el futuro inmediato todas las mujeres que lo busquen logren la plena igualdad de oportunidades. Pero si las mujeres van a comenzar a avanzar hacia ese objetivo, debemos creer en nosotras mismas o nadie más creerá en nosotras; debemos unir nuestras aspiraciones con la competencia, el coraje y la determinación para el éxito´´, desde esta perspectiva es necesario creer que las mujeres son capaces de conseguir todo lo que se proponen y que al igual que los varones pueden valerse por sí mismas y al tener oportunidades ellas pueden conseguir grandes logros y aportar en esta sociedad.
Por otro lado, el fragmento citado a continuación presenta una conversación que pone de relieve la dualidad en la personalidad del señor Darcy, sugiriéndose que puede ser encantador y amable cuando le conviene, pero su actitud hacia aquellos de posición social inferior revela su orgullo constante. Esta dualidad sugiere una complejidad en su carácter y plantea cuestiones sobre la naturaleza de la clase social, evidenciando otro de los tópicos más importantes de la trama, el prejuicio como la base del orgullo.
Es un hombre encantador, amable, de carácter dulce. No debe saber cómo es en realidad el señor Darcy. ––Probablemente no; pero el señor Darcy sabe cómo agradar cuando le apetece. No necesita esforzarse. Puede ser una compañía de amena conversación si cree que le merece la pena. Entre la gente de su posición es muy distinto de cómo es con los inferiores. El orgullo no le abandona nunca. (Austen, 1813 p. 58)
La conversación entre los personajes en este pasaje ofrece una perspectiva intrigante sobre la naturaleza de Darcy. Por un lado, se destaca su encanto y amabilidad superficiales, que puede emplear selectivamente para complacer a quienes considera dignos o, mejor dicho, de su mismo estatus social. No obstante, también se revela su persistente orgullo, que lo lleva a comportarse de manera distante y despectiva hacia aquellos que percibe como inferiores. La habilidad de Austen para caracterizar a Darcy de esta manera tan matizada puede usarse como referente hasta el día de hoy para demostrar el sesgo clasista que sobrevive hasta la actualidad. La escritora nos invita a reflexionar ¿Es que solamente merecen la dicha de ser tratados dignamente los que tienen dinero y poder? Desde este ángulo podemos criticar no solo al personaje sino a todos aquellos que, por tener la suerte de nacer en cuna de oro, lograr una numerosa fortuna o pertenecer a algún grupo religioso se sienten dueños del mundo para hacer y deshacer con su prójimo, no es más que una falacia pensar que unos son mejores que otros. Conviene, en este sentido mencionar al psicólogo Daniel Goleman con su libro El punto ciego (1985) ´´La facilidad con que una sociedad desprecia, y hasta sepulta, las visiones discrepantes dependen evidentemente del conjunto de lagunas compartidas por sus ciudadanos. No nos damos cuenta de lo que nos desagrada ver y tampoco nos damos cuenta de lo que no nos damos cuenta´´ y es que, aunque no nos guste admitirlo tenemos muchas cosas por mejorar como sociedad, una de ellas es vernos con la misma humildad y respetarnos unos a los otros por encima de cualquier diferencia.
Así mismo podemos notar como la señora Benet busca a toda costa unir a sus hijas con caballeros adinerados y de alta clase social. Sin embargo, el amorío muy particular entre su hija Elizabeth con el señor Darcy (siendo ella tan orgullosa y el tan prejuicioso), logran superar cualquier barrera social y cultural entre ambos para demostrarse a sí mismos el amor que se profesan. Se puede evidenciar que, hasta el día de hoy, muchas veces, las familias intentan buscar la felicidad de su prole sin considerar el temperamento y sentimientos de los hijos, especialmente en el caso de las mujeres; demostrando así que por mucho tiempo que la mujer ha permitido que su valor sea puesto a disposición de otros por pura convención social y pretensión económica.
Finalmente, y a manera de síntesis, podemos concluir que Orgullo y prejuicio de Jane Austen nos abre una ventana a una época en la que el matrimonio concertado era común, mostrándonos sus consecuencias tanto sociales como individuales. A través de sus personas y sobre todo de sus protagonistas, Elizabeth Bennet y el señor Darcy, Austen de manera irónica satiriza la importancia de cuestiones como la felicidad personal frente a las pretensiones pecuniarias sociales y familiares. Asimismo, el tópico principal sigue aún vigente a la fecha y por ello hace a esta obra atemporal, donde nos alecciona que el amor verdadero y la finalidad personal no pueden ser pactados o definidos por la conveniencia, sino que deben nacer de la espontaneidad y el amor mutuo dejando atrás prejuicios e incluso el orgullo para encontrar la felicidad.
Referencias:
Austen, J. (1813), Orgullo y Prejuicio. Freeditorial. https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/orgullo_y_prejuicio.pdf
Benabente, R. (2019), Rosalyn Yalow, la biofísica testaruda que descubrió cómo medir la insulina en la sangre (y ganó un Nobel por ello). Vidas científicas. https://mujeresconciencia.com/2019/09/19/rosalyn-yalow-la-biofisica-testaruda-que-descubrio-como-medir-la-insulina-en-la-sangre-y-gano-un-nobel-por-ello/
Goleman, D. (1997), El Punto ciego. Plaza & Janés Editores S.A.https://budismolibre.org/docs/libros_budistas/Daniel_Goleman_El_Punto_Ciego.pdf
El mundo que todos deseamos 
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